martes, 30 de julio de 2013

Desvaríos de una ingeniera: ¡Organizarse o morir! (1)

¿Tienes que preguntarle al de al lado para saber en qué día vives? ¿Has llegado a clase o al trabajo y te has llevado una sorpresa desagradable de la que no te acordabas? Aquí os contaré cómo me las arreglo para organizarme. Puede que no te funcione, pero todo es intentarlo ;)

Esta entrada será breve e introductoria para las demás que vendrán después. Esto se debe a que no estoy aquí para hacer publicidad sobre un señor que ha escrito un libro sobre la organización, si no que simplemente quería que supieráis algo sobre una de las siglas que más me llamó la atención cuando empecé a buscar aplicaciones para apuntar las cosas que tenía que hacer: GTD.

GTD, o Getting Things Done (si sabéis algo de Inglés podríais intuir el significado) es una especie de método, o como me gusta llamarlo a mí, recopilación de consejos que cada uno puede o no seguir en su totalidad, para gestionar el tiempo.

Se han publicado muchísimos libros, hay una horda de adictos al GTD y su credo, pero yo os trasnmitiré mi interpretación propia y que, hasta el momento, me ha servido: siéntate y ORGANÍZATE. Ya luego ponte a hacer lo que tengas que hacer.

Sí, parece simple, pero a mucha gente le cuesta eso de recopilar todas las tareas que se van acumulando a lo largo del día, asignarles una prioridad y, por qué no, un plazo máximo para cumplirlas. Improvisar está muy bien en ciertos aspectos de la vida, pero a mí me gusta saber hasta qué día tengo para entregar un trabajo, si se me pisan prácticas, o simplemente, si de verdad se han cumplido mis peores deseos y sólo tengo un cuarto de hora para comer entre clase y clase (en ese caso, debería llevarme un bocadillo preparado de casa).

Espero que estos ejemplos os ayuden a entender que sacrificar parte de tu tiempo para planear qué vas a hacer a corto-medio plazo puede ser más productivo que empezar a hacer cosas sin orden ninguno. Para cumplir nuestros objetivos necesitamos tres cuartas de fuerza de voluntad y ganas, y una cuarta de ayuda externa. Personalmente no confío mucho en mi memoria, además de que quiero reservarla para recordar lo que realmente me interesa (desde en qué capítulo de Bleach sale mi querido Hitsugaya hasta las leyes de Maxwell para Campos Electrómagnéticos)

Aquí es dónde entra en acción esa "ayudita externa". Básicamente, se trata de aplicaciones que recuerdan por mí y me muestran de forma más visual mi tiempo y cómo lo he organizado. Sobre estas aplicaciones hablarán las próximas entradas con el título ¡Organizarse o morir! de la sección original Desvaríos de una Ingeniera.


¡Espero que os sirva!

No hay comentarios :

Publicar un comentario

Gracias por animarte a comentar. Intenta evitar las faltas de ortografía y de gramática, por el bien de todos. No me obligues a tener que borrar ningún comentario por spam, falta de respeto u otra razón de ese tipo, por favor :)